En Egipto la danza árabe sigue siendo un elemento indispensable en las buenas bodas. Incluso es la bailarina la que encabeza al ritmo zaffa la procesión nupcial (Zeffah-al arusah), en ocasiones con un candelabro en la cabeza. El propósito de esta danza, conocida como shamadan, es iluminar el camino de los recién casados y traerles el buen augurio de la prosperidad y la descendencia.
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